Supersticiones en la industria inmobiliaria
En la práctica de los bienes raíces, como en muchos otros ámbitos, uno puede llegar a creer que de que vuelan, vuelan…
Católicos, protestantes, judíos, muchas personas ponen éstas tradiciones en práctica cuando se ve en la necesidad de vender una casa. En una cultura tan ecléctica como la que disfrutamos en Florida (gracias a… ¿Dios?) hay supersticiones con influencias de diversos rincones del mundo regalándonos así una muy original paleta de creencias.
El Departamento de Economía de la Columbia Británica publicó en Enero de éste año (2011) un estudio que materializa la hipótesis de que ciertos elementos puramente supersticiosos en su naturaleza afectan materialmente el valor de una propiedad. Allí se demuestra cómo en algunas ciudades de Canadá con una alta demográfica de origen chino, casas cuya dirección termina en cuatro se venden por 2.2% menos y aquellas que terminan en ocho por 2.5% más dinero que otras de características similares.
San José, ¡vénde mi casa!
Sea un mito, filosofía o religión, se puede estipular que el patrón de la industria inmobiliaria es el santo católico San José (Saint Joseph). Lamentablemente ésto no le garantiza el mejor trato a la hora que le solicitamos ayuda, ya verá porqué…
En mi carrera como agente inmobiliario he visto en variadas ocasiones cómo éste santo desempeña su labor de ayudar a conseguir un comprador para una casa; si usted no está familiarizado con la costumbre, déjeme contarle que la es enterrar una figurilla o estatuilla del santo en cuestión cabeza abajo en la tierra del jardín mientras se reza una oración para luego desenterrarlo una vez haya “logrado” conseguir la venta del inmueble. Generalmente, se es posible, se coloca en el jardín del frente.
Las estatuillas las venden online por unos diez dólares y vienen con todo un mini-kit de libritos de oración y explicación de los ritos.
¡Me llevo el piso 8 entero!
En la sociedad cantonesa, el número 8 trae riqueza, suerte y eternidad y el cuatro invoca la muerte al ser la pronunciación de ambas palabras muy parecida en cantonés, mandarín y otros dialectos chinos . En Asia, es común ver cómo los apartamentos en pisos con el número ocho son los primeros en venderse en los proyectos inmobiliarios, además usualmente permanecen a lo largo del tiempo en el tope de los precios por pie cuadrado de construcción. También es común ver el elemento ocho en los precios, los incentivos y cualquier cifra o fecha que sea manipulable.
Un estudio semejante realizado -casualmente- el año 2008 arroja correspondencias entre el número ocho y los valores de las propiedades en los mercados inmobiliarios de Singapur, al igual de establecer ciertas referencias en Nueva Zelandia.
Feng Shuei
Seguramente a alguien no le agradará que incluyamos ésta milenaria práctica en éste artículo, yo no veo ningún daño en ello.
Los elementos Fuego, Cristales, Agua e Hielo y un espejo en el pasillo son algunos de los primeros pasos a seguir a la hora de preparar una propiedad para la venta.
De origen chino y considerado un arte, Feng Shuei atrae energía positiva al hogar y energiza de una manera holística su salud, trabajo, finanzas, etc. Unos ejemplos que simultáneamente cumplen con el objetivo de preparar la propiedad para la venta son: colocar flores rojas cerca de la entrada de la casa, eliminar todas las menudencias y pequeños objetos alrededor de la casa, mantener la cocina super limpia y que siempre exista iluminación a lo largo de la ruta hacia la puerta principal.
¿Sabía usted que en Hawaii abunda la creencia en el Feng Shuei?, la cultura de ésta inmensa isla se ha visto permeada por las influencias chinas al punto que hoy en día es una práctica común en todos los rincones de la isla el practicar ésta filosofía de vida, de ser “uno” con el planeta.
Otras supersticiones e historias
Con lo primero que se debe entrar a la nueva casa es una bolsa de sal.
Tabaco (Smudge): no lo he visto mucho en Florida pero es común en Pensilvania el prender uno de éstos cortos habanos compuestos de la planta Salvia (Sage). La idea es llevarlo a través de las cuatro esquinas de cada habitación para sacar lo malo de allí.
Colocar flores amarillas cerca de la puerta principal favorece la venta.
Nunca lleve su escoba vieja a su nuevo hogar, los creyentes dicen que arrastría el pasado consigo.
Es de muchísima suerte conseguir un saltamontes en su nueva residencia.
Las herraduras de caballo hay quienes que para atraer la suerte las guindan colgando hacia abajo colocadas sobre el marco de la puerta.
No le regale cuchillos a su nuevo vecino o se convertirá en su enemigo.
Aparentemente debido a un alto influjo asiático en Canadá, hay edificios en los cuales no hay pisos numerados 4, 14, 24, 34, 40 ó 49… mientras que en los Estados Unidos existen edificaciones residenciales y comerciales sin un piso número 13, es decir, se saltan la numeración.
Se habla de que algunos corredores inmobiliarios dejan caer monedas en las propiedades que están tratando de vender a fin de mejorar su suerte.
En la cultura hebrea, es el número 18 el que se evoca la vida. Es el número de la suerte porque simboliza la palabra “Chai” ó “vidä”. Otra muy bonita tradición es la traer a su nuevo vecino sal para que sazone su nueva vida, pan con el cual evada para siempre el hambre y algo dulce.
Los irlandeses regalan carbón, una moneda y pan así la nueva familia se mantendrá protegida del frío y será pobre ó pasará hambre.
Regalar semillas invita a que la familia se expanda.
Hindúes siguiendo la astrología védica se dirigen a la fecha de nacimiento para encontrar su número de la suerte pesonal y a la hora de realizar operaciones inmobiliarias se guían por el calendario lunar. Además, una filosofía similar al Feng Shuei, llamada Vastu, proporciona una guía de diseño enfocada en la ubicación de los objetos y la orientación de las estructuras y las habitaciones.
Mucha gente supersticiosa evita mudarse a su nueva casa los días del mes que contengan el número cuatro.
El sitio Redfin demostró cómo los compradores de propiedades de su página web pagaban más por aquellos inmuebles cuyos precios terminaban en 500 en lugar de 000. Ellos contrataron al investigador de la Universidad de Cornell, Dr. Manoj Thomas, quien reportó que en el caso que nos concierne, Florida, las casas con precios cuyos dígitos eran exactos en lugar de ser una cadena de ceros se venden por más dólares por metro cuadrado.
También existen aquellas supersticiones producto de estigmas: casas en las que han ocurrido, digamos, un homicidio u otro acto horrendo conocido por el público, se terminan vendiendo un tiempo después a un fuerte descuento. Un investigador de la industria inmobiliaria se tomó la molestia de crear un modelo basado en viviendas tan tristemente famosas que hasta los autobuses de turistas las incluyen en su ruta. El patrón de descuento es perfectamente cuantificable. Una vez más, viva la matemática.
Los números no mienten, ¿O sí?
El precio correcto de una propiedad es igual al monto que alguien esté dispuesto a pagar por ella: en áreas de Miami como Miami Beach, Coconut Grove y Aventura es común ver que se realizen operaciones de compraventa de propiedades en las cuales se ha debido pagar en efectivo ya que los tasadores (appraisers) de las instituciones financieras habían asignado un valor al inmueble que era inferior al monto acordado por las partes por ende siendo rechazado el financiamiento hipotecario.
Breve nota: Estos reportes de avalúo están basados en una arquitectura numérica muy simple basada en “comparables” y promedios: a manera simplista es algo como tomar ventas recientes de propiedaes parecidas y a no mucha distancia del lugar, hacerles ajustes usando como común denominador la casa que se está estudiando, eliminar la más cara y la más barata y sacar el promedio. Esto está muy bien pero no es justo cuando se habla de propiedades excepcionales con un valor intrínseco tal, que siempre tendrán compradores interesados quienes no se detendrán en su adquisición por el hecho de que un emisario del banco venga con una ligereza de un promedio o una mediana.
Ahora cabe preguntar: si las viviendas no óptimas -cabalísticamente hablando- se venden con cierto descuento y si usted no es una persona supersticiosa, ¿Usted invertiría usted en esas unidades?
Bien sea porque se le había prestado atención al balance que proporciona la práctica del Feng Shuei, porque hayan estado en un piso ocho o debido a que alguien enterró de cabeza al pobre santo, hemos tenido la dicha de participar en transacciones aderezadas con de éste tipo de “ayuda” resultando en precios récord al comprar y al vender. Me atrevo a confirmar que hay gente dispuesta a pagar más por tener un hogar “con suerte”.
Si usted ha estado intentando vender una propiedad que está bien ubicada y ha seguido todas las instrucciones de su agente inmobiliario pero la propiedad sigue en el mercado quizás es hora de mirar un poco más allá…
Para una consulta inmobiliaria terrenal, ¡favor comuníquese con nosotros al 786-264-2344!
P.D. No estamos a favor ni en contra de éstas prácticas, sino todo lo contrario…